La necesidad imperante de llegar a creer en algo o alguien arrastra al hombre al vacío, en donde decide: lanzarse de bruses o querer ser dios, creer en si mismo le lleva a los más ilimitados paisajes y sensaciones, pero siempre es una moral, una norma, quizá el exceso revele algo de lo que parece ser la libertad, y sin embargo ejercer ese delirio inmoral como un dogma es quizá más dificil que ser santo, entendemos cuando se nos ha dicho, quien ama lo simple puede ser santo y patán, pues bien les invitamos a ser patanes, haber si algún dia terminan hechos santos.
"la entrada es libre, la salida...vemos"
Charly García.
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